La Real Academia Española (RAE) es el organismo responsable de resguardar el buen uso de la lengua española. Su sede está en Madrid (España), pero tiene afiliaciones con las academias nacionales de 21 países hispanohablantes.
Tabla de contenidos
Historia
Su emblema está formado por un crisol al fuego. Le acompaña la leyenda «Limpia, fija y da esplendor». El objetivo era fijar el idioma en el estado de plenitud que había alcanzado durante el siglo XVI y que se había consolidado en el XVII.
La Real Academia Española fue fundada en 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena y duque de Escalona, con el propósito de «fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza».
Se tomaron como modelo para su creación la Accademia della Crusca italiana (1582) y la Academia francesa (1635). Su creación fue aprobada el 3 de octubre de 1714 por Real Cédula de Felipe V, quien la acogió bajo su «amparo y Real Protección». Esto significaba que los académicos gozaban de las preeminencias y exenciones concedidas a la servidumbre de la Casa Real.
En 1723 se le concedieron 60.000 reales anuales para sus publicaciones. Fernando VI le permitió publicar sus obras y las de sus miembros sin censura previa.
En 1784, María Isidra Quintina de Guzmán y la Cerda, primera mujer doctora en la Universidad de Alcalá, fue admitida como académica honoraria y, aunque pronunció su discurso de agradecimiento, no volvió a comparecer más. Fue probablemente la primera mujer académica del mundo, y no volvió a haber otra mujer hasta la elección como académicas de número de Carmen Conde en 1978, de Elena Quiroga en 1983 y de Ana María Matute en 1995.
En 1848 la Academia reformó su organización por medio de unos nuevos estatutos, aprobados por Real Decreto. Sucesivos reales decretos (1859, 1977, 1993) aprobaron nuevas reformas.
Desde 1870 se establecen en América y en las Filipinas academias correspondientes de la lengua española. Éstas tienen actualmente igual rango y condiciones que la RAE. En 2000 la RAE fue galardonada, junto con la Asociación de Academias de la Lengua Española —formada por las 22 academias de la lengua española—, con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.
El 20 de octubre de 1993 se constituyó la Fundanción pro Real Academia Española, entidad que tiene como finalidad allegar recursos económicos para la financiación de las empresas de la Academia. Está regida por un patronato, cuya presidencia de honor corresponde a Su Majestad el Rey de España, Don Juan Carlos I, la presidencia al gobernador del Banco de España y la vicepresidencia al director de la Real Academia Española. Las vocalías corresponden a otros académicos, presidentes de las comunidades autónomas y de empresas privadas, como socios fundadores.
La Fundación está abierta a la participación de particulares mediante la correspondiente cuota económica, miembros benefactores, y entre las actividades subvencionadas se encuentran la realización del banco de datos, el Diccionario del estudiante, el Diccionario panhispánico de dudas y otras obras en proyecto o desarrollo como la Gramática normativa.
Funciones
El artículo primero de los estatutos de la RAE dice:
«[...] tiene como misión principal velar por que los cambios que experimente la Lengua Española en su constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico. Debe cuidar igualmente de que esta evolución conserve el genio propio de la lengua, tal como ha ido consolidándose con el correr de los siglos, así como de establecer y difundir los criterios de propiedad y corrección, y de contribuir a su esplendor. Para alcanzar dichos fines, estudiará e impulsará los estudios sobre la historia y sobre el presente del español, divulgará los escritos literarios, especialmente clásicos, y no literarios, que juzgue importantes para el conocimiento de tales cuestiones, y procurará mantener vivo el recuerdo de quienes, en España o en América, han cultivado con gloria nuestra lengua. Como miembro de la Asociación de Academias de la Lengua Española, mantendrá especial relación con las Academias Correspondientes y Asociadas.»
La RAE es considerada frecuentemente como una organización conservadora, pues entre sus metas está la preservación de la lengua española. Sin embargo se caracteriza asimismo por ejercer una influencia progresista, al esforzarse en mantener el lenguaje formal en sintonía con la actualidad. Un ejemplo de esto último ocurrió en 1994 cuando dictaminó que las consonantes ch y ll serían alfabetizadas junto con la c y la l y no como letras separadas, como en el pasado. La RAE sigue un proceso formal para la admisión de nuevas palabras.
Organización y operación
Según sus estatutos la RAE está compuesta por:
· Académicos de número (46 en total).
· Académicos correspondientes españoles (hasta un máximo de 60).
· Académicos correspondientes extranjeros.
· Académicos de número de las academias americanas (que por derecho son académicos correspondientes).
· Académicos honorarios.
Una junta de gobierno rige la Academia y supervisa todos los asuntos relativos a su buena operación, tanto en lo relacionado con su funcionamiento interno como con sus relaciones con los organismos del estado, y las demás Academias. Esta junta la preside el director de la Academia y está constituida por el vicedirector, el secretario, el censor, el bibliotecario, el tesorero, el vicesecretario y dos vocales adjuntos. Todos estos cargos son electivos y, a excepción de los vocales, que se eligen cada dos años, pueden ejercerse durante cuatro años, prorrogables sólo una vez.
La Academia funciona en Pleno y en Comisiones que se reúnen semanalmente. Las Comisiones tienen la misión de elaborar las propuestas que posteriormente examinará el Pleno para decidir sobre su aprobación. En la actualidad existen las siguientes comisiones: Delegada del Pleno, de Diccionario usual, de Diccionario histórico, de Gramática, de Información lingüística, de Vocabulario científico y técnico, de Ciencias humanas, de Publicaciones y de Premios. Además, existe una Comisión encargada de la conservación de la casa del Museo de Lope de Vega.
El Pleno, formado por todos los académicos, se reúne durante el curso académico los jueves por la tarde. Una vez aprobada las actas de la sesión anterior y de debatir cualquier tema general, los asistentes presentan enmiendas y adiciones al Diccionario. Acto seguido se examinan las propuestas formuladas por las diversas Comisiones. Las resoluciones, en el caso de que se produzca disparidad de criterio, se adoptan mediante votación.
Al servicio de los trabajos que la Academia desarrolla en Pleno o en Comisiones, funciona el Instituto de Lexicografía, integrado por filólogos y lexicógrafos que realizan las tareas de apoyo para la elaboración de los diccionarios académicos.
Académicos de número
· Los miembros de la Academia son elegidos de por vida por el resto de los académicos y se les conoce como Inmortales. Cada académico tiene un sillón asignado a su persona, y distinguido con una letra del alfabeto (tanto mayúsculas como minúsculas).
Algunos académicos del pasado
· Ramón Menéndez Pidal, ocupó el sillón b (entre 1902-1968) y fue director de la RAE en dos ocasiones.
· Fernando Lázaro Carreter, fue director de la RAE.
· Dámaso Alonso, fue director de la RAE.
· Pedro Laín Entralgo, fue director de la RAE
· Miguel Asín Palacios, fue director de la RAE.
· Manuel Alvar, fue director de la RAE.
· Emilio Alarcos Llorach, ocupó el sillón B (1973-1998).
· Pío Baroja.
· Jacinto Benavente (No tomó posesión).
· Agustín de Foxá (1959, sillón Z, no tomó posesión)
· Juan Eugenio Hartzenbusch en 1847 ocupó el sillón l.
· Ramiro de Maeztu, ocupó el sillón L (1935-36).
· Emanuel Rey.
· Antonio Tovar ocupó el sillón j.
· Miguel de Unamuno (No tomó posesión).
· José Zorrilla (No tomó posesión y su plaza se declaró vacante. Fue vuelto a nombrar en 1885).
Principales publicaciones
Entre sus principales publicaciones destacan:
· Diccionario de Autoridades (título original Diccionario de la lengua castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o motivos de hablar, los proverbios o refranes y otras cosas convenientes del uso de la lengua, 1726-1793, en 6 volúmenes)
· Ortografía de la lengua española (1ª edición 1741). La edición más reciente es la de 1999, elaborada entre la RAE y las academias correspondientes, por lo cual es considerada una ortografía panhispánica. Reemplaza a las Nuevas normas de prosodia y ortografía de 1959.
· Gramática de la lengua española (1ª edición 1771). Su revisión más reciente es Esbozo de una nueva gramática de la lengua española (1973), aunque la Academia ha publicado también una gramática de autor, no propiamente institucional: la de Emilio Alarcos (1994). Existe en la actualidad un proyecto entre la RAE y las academias correspondientes en redactar una nueva gramática.
· Diccionario panhispánico de dudas. Elaborado entre la RAE y las academias correspondientes (1ª edición 2005).
· Orthografia española (1741) y Ortografía de la lengua castellana (1754): con ellas se empezó a regular la norma ortográfica. El Prontuario de ortografía de la lengua castellana (1844) fijó mediante Real Decreto su enseñanza oficial. La última edición de la Ortografía de la lengua española (1999) se ha elaborado con la colaboración consensuada de todas las academias de América y de Filipinas.
Enlaces externos
· Ediciones digitales de varias obras de la RAE. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Clásicos en la Biblioteca Nacional. Ministerio de Cultura.
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