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miércoles, 10 de noviembre de 2010

La Lengua de los Siglos IX-X


Invasión musulmana:
Las primeras noticias que tenemos de tropas árabes en territorio castellano-burgalés son también del año 711 con la toma de Amaya por parte del bereber Tarik. Amaya era por entonces la capital de Cantabria, uno de los ocho ducados en que se dividía el reino visigodo. En el 714, una segunda expedición al mando de la cual estaba Muza, establece destacamentos musulmanes en la cuenca del Duero. Estos destacamentos de "moros" (voz que procede de los mauri habitantes de Mauretania, territorio designado por los romanos a los actuales territorios de Marruecos y Argelia) duraría unos 25 años, hasta el 739, año en el que estos bereberes se dirigieron hacia el sur en parte expulsados por los cristianos de Cantabria y en parte debido a disensiones internas entre razas del ámbito musulmán. Ya no volverían los musulmanes a asentarse en territorio burgalés hasta las postrimerías del nuevo milenio, en que Almanzor se asentaría durante breves años.

Durante los años 739 a 762, un despoblamiento general asoló las tierras de la cuenca del Duero en parte dirigido por Alfonso I para crear un vacío de tierras con carácter defensivo entre la Cordillera Central y las montañas cantábricas y así al mismo tiempo concentrar las tropas cristianas en las montañas.
Se crea en la provincia de Burgos una línea defensiva que desde el norte de Amaya iba hasta los montes Obarenes pasando por el valle de Valdelucio, garganta del Urbel y páramo de Masa. Tras esta muralla natural defensiva, llamada por entonces Vardulias, valles del Rudrón y Ebro, valles de Mena, Losa, las Merindades y zona de Miranda, se concentran gentes cántabras, vasconas e hispanogodos procedentes de otras provincias huidas de las actuales tierras segovianas y sorianas, personas apiñadas con hambre de pan y de guerra. Estas gentes con afán repoblador estaban a punto de gestar uno de los hitos más importantes de la historia.


Estado de la Península hacia el 900 y 1031:
Siglos IX-X Las Jarchyas

El lenguaje de estos cantarcillos románicos no es castellano.

Las lenguas semíticas se prestan mal para transcribir las lenguas indoeuropeas, ya que no suelen escribir más que los sonidos consonánticos, y cuando añaden alguna vocal, la notación es muy incierta, pues los signos disponibles no distinguían los diversos matices vocálicos. Para colmo, si el copista era un hebreo o musulmán no español, no entendía lo que copiaba.
La lengua de estos cantarcillos (jarchyas) se ve muy mezclada de arabismos, como correspondía a los “mozárabes” y a los “moros latinados”. Este bilingüismo explica la inclusión de tales cantos románicos en sus composiciones de lengua árabe y de tema desarrollado enteramente musulmán.
Pero esta lengua no es castellana:

·      La sílaba inicial ge- conserva la consonante: yermenielas.
·      El grupo L+yod es ly y no fi: filyoul alyenoolyos o welyos.
·      El verbo ser hace: tú yes – él yed.
·      El diptongo ante yod, extraño en castellano, se da en welyos.
·      El posesivo mi aparece mib (de “mibi”) – a mibi. En castilla era mibe (de “mive) y tibe (de “tive”).
·      La persona yo del futuro es vivréyu.
·      La t final de la persona él se conserva siempre sonorizada en d: vernád, exed (sale), tornarad, sanarad.
·      Se conserva la de de la preposición ad.
·      Se conserva arcaísmos como yana (puerta-ventana)
·      El adjetivo “albo”, no había sido relegado al habla culta, o sea que el adjetivo “blanco”, de origen germánico, no se había generalizado entre los mozárabes.
·      Un verbo enigmático es gar-me, garid vos. Se los interpreta como español-catalán “guarir” o “garir”, cuidar, tener cuidado de mirar; o bien como “garar”, observar. Pero el significado parece ser “decir”. Posiblemente provenga del latín “garrire”, charlar, que se extendió con el significado de “decir”.
·      La vocal final “e” se conserva: male, demandáre, etc.
·      La “o” final se apocopa: com, cuand, cuan, filyol. Parece que lo “o” final se pronunciaba como “u”: senu, alyienu, permisu, fermosu.

Jarchyas:

Ven sidi veni
el querido es tan beni
De este al-zameni
ven filyo de Ben al-Dayyeni.

***

Gar sodes devyna
e devynas bi-l-ḥḁqq,
garme cánd me vernad
meu abibi Iṣḥaq.

***
Garyd vos, ay yermanelas
cóm' contener a meu mali.
Sin el abib non vivré yu
ed volarei demandari.

***

¡Ven, ya sahhara!
Alba qu'est con bel fogori
cuando vieni pidi amori.

***

Qué faré, mamma?
Meu al-habib est' ad yana.

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