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miércoles, 10 de noviembre de 2010

La lengua del siglo XIX

Gustavo Adolfo Bécquer

EL ESPAÑOL DEL ROMANTICISMO

-       Se prefiere el “tipismo” (lo que es típico, propio de un lugar o pueblo) contrapuesto al  “purismo” neoclásico.
-       Se buscan las locuciones pintorescas del pueblo. Se imita el hablar de la gente del pueblo (refranes, dichos, vocabulario, etc.)
-       Utilización de abundante adjetivación, casi siempre colocados delante del sustantivo, para que se destaquen más: lúgubre viento, súbito rumor, vago fantasma, sombría melancolía, fétido fango, moribunda lámpara. Los adjetivos transmiten los estados de ánimo.
-       Se intensifican palabras como: agonía, devaneo, delirio, histérico, frenesí, ilusorio, mágico, lánguido, quimera, sueño, muerte, fantástico etc.
-       Adjetivación directa y enérgica: fétido fango, roída de recuerdos, ojos escaldados de llanto, helado hasta los tuétanos.
-       Fusión de los sentidos (sinestesias): las palabras son “a un tiempo suspiros y risas; colores y notas”.
-       En la prosa, estilo declamatorio, con oraciones largas. Se sigue usando el vocabulario neoclásico en la mayoría de los escritores.
-       En el naturalismo, se prefiere en lenguaje preciso y exacto, con muchas palabras tomadas de las ciencias.

Para este tema ver:

-       Poesías de José de Espronceda.
-       Poesías y leyendas de Gustavo Adolfo Béquer.
-       Obras de José Zorrilla.
-       Textos de Lara.
-       Para el Naturalismo, ver: Marianela de Benito Pérez Galdós.


Para ampliar ver:


http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-siglo-xix-1/html/


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Escuela Normal Prof. Víctor Mercante

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