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miércoles, 10 de noviembre de 2010

El lenguaje del correntino


LENGUAJE DE CORRIENTES O TARAGÜÍ ÑEÉ
Guillermo Perkins Hidalgo

Aunque el hombre culto tiene una pronunciación clara y correcta, el avá o el hombre común del pueblo, especialmente el paisano, habla con una tonada inconfundible muy parecida a la paraguaya por el uso bilingüe del guaraní. Tiene, además, sus regionalismos, sus vicios y sus defectos de dicción.

El tipo psicológico de Taragüí no es locuaz como señalan algunos escritores equivocadamente, es más bien, un perezoso verbal.

“El correntino, por hábito y por temperamento, es seco, parco de palabras”, expresa el doctor Valerio Bonastre en su obra Corrientes en la Cruzada de Caseros. Sólo cambiando la calificación de seco por la de serio ninguna otra opinión al respecto se acerca más a lo que yo he notado. La palabra seco incluye una idea de antipatía y el correntino no es antipático. Es siempre grave y tal como debe ser el hombre.

El defecto de dicción más notable entre el vulgo consiste en el hecho de suprimir la S, especialmente la final. Las siguientes coplas recogidas por mí en la cuenca de la Laguna Iberá, en Paso Picada, Colonia Carlos Pellegrini, departamento de San Martín, pueden tomarse como paradigma:

“En la chacra lah naranja,
en lah quinta loh limón,
y en la boca de este joven
hacen nido loh ratón.”

La S del plural es generalmente suprimida o se pierde entre los labios. No siempre falta en el artículo, donde es más fácil hacerla resaltar por la brevedad eufónica del mismo. Cuando el avá se esfuerza por pronunciarla bien emite un sonido que semeja una J suave (h aspirada, reminiscencia del español antiguo). El apisano confunde también el tratamiento de intimidad con el de respeto y dice:

“Usté tené una mirada
que me quema lah entraña,
como dié vaso de vino
con otro má dié caña.”

Estas coplas fueron dictadas por don Ireneo Villalba, de 73 años de edad, que era entonces, en 1946, el más anciano de los cazadores de la laguna.


El avá correntino apocopa la R de los verbos en el modo infinitivo como “hablá” y “sufrí” y “comé”. La sustituye también por la L en ciertos casos, como en la palabra peregrinación, que pronuncia pelegrinación. De igual modo cambia la B la G y dice güeno por bueno y agüelo por abuelo, juego por fuego y juerza por fuerza. Corrientemente se comprueba en el lenguaje inculto alteraciones de diversas formas, como magre por madre, virgüela por viruela, berrenque por rebenque, pardino por padrino, murciégalo por murciélago, y muchas otras voces incorrectas. Idénticas formas, que no son exclusivas de Corrientes, anota el profesor Julio Vigiano Esain en su Vocabulario Tradicional cordobés, publicado en 1956.

1 comentario:

  1. Muy buena explicación del lenguaje Correntino, estaba buscando esto.

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Escuela Normal Prof. Víctor Mercante

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