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sábado, 13 de noviembre de 2010

Pueblos Prerromanos


Antes de que llegara Roma.......... 

    Siglo III antes de Cristo, el Mare Nostrum ve como dos potencias que se disputan su poder, la fuerza del comercio, Cartago... y la heredera del legado griego, Roma.

    Ambos ejércitos luchan en las llamadas guerras Púnicas, y Roma, ante el creciente expansionismo de los cartagineses, decide desembarcar en las costas de la que será la Hispania romanizada. Año 218 a. C. un ejercito romano desembarca en las costas de la colonia de Emporion, ya nada será lo mismo a partir de ese momento para los pobladores de estos territorios, hasta entonces, el fin de la Tierra…

    En esa misma época, a cientos de kilómetros de la costa mediterránea, en el interior de la Meseta Norte, varias tribus de diversas procedencias y razas con multitud de lenguas y culturas, habitan en grupos de gentes en una evolución hacia unidades sociales superiores a las de parentesco y vida en aldea.

    Varios son los pueblos que habitan en la parte centro norte de esta nuestra "piel de toro", estas gentes, viven de espaldas a un mundo exterior que avanza hacia ellos.

    En la cornisa cántabra tenemos a los fieros y rudos Cántabros, debido a que habitan en sus montañas desde orígenes inciertos e inmemoriales, viven con unos fuertes lazos que les unen a la tierra, son orgullosos y para ellos el bien más preciado es su libertad, por lo que tienen un espíritu indomable y no conocen el miedo con tal de salvaguardar su integridad como pueblo aislado del resto del mundo. Están organizados en pequeñas tribus a lo largo de las montañas, Coniscos, Morecanos, Tamáricos, Velegianos, Vadinienses, Aurinos y Orgenomescos, conviven con cierta independencia pero todos unidos bajo el poder de la capital, Aracilum.

    Al este de los cántabros, se encuentra la nación de Autrigonia. Los habitantes de esta región, son guerreros celtas que vinieron a finales del siglo V antes de nuestra Era desde las lejanas tierras del sur de Austria y Eslavonia, no sin antes pasar por Italia, el curso del río Garona, llegando a la futura Hispania por Roncesvalles y la tierra de los vascones (Navarra). Una vez llegados a la meseta Norte, se unieron pacíficamente  con las gentes de origen mediterráneo que ocupaba estas tierras, trayéndoles las costumbres del centro de Europa, así como la sabiduría del hierro y fundaron ciudades como Virouesca (Briviesca)  y Tritium (monasterio de Rodilla) extendiéndose incluso hasta el mar de los Cántabros.

    Junto con los Autrigones, llegaron a la meseta Norte un pueblo de origen indoeuropeo, del  grupo de los Belgae, a quienes los habitantes de raigambre mediterránea que ya estaban en la meseta, llamaron Turmogos. Estos nuevos habitantes, se situaron primeramente al sur de Autrigonia, fijando su residencia finalmente, al oeste de ellos y al sur de los bravos cántabros. Estas gentes eran agricultores que vivían en las vegas fértiles de los ríos y su sociedad, al igual que todos los grupos de raigambre indoeuropea, estaba estructurada en el clan, con el hombre como patriarca, al contrario que la sociedad matriarcal de los cántabros. Fundaron diversas ciudades, la más importante de todas fue Segisama (Sasamón), aunque también fueron pobladores de diversos castros y cerros como el de San Miguel (primer núcleo poblado de la ciudad de Burgos).

Al sur de los turmogos, tenemos dos pueblos, al oeste los Vacceos y al este los Arévacos. Eran pueblos del orbe cultural celtibérico. Los vacceos, eran descendientes de los pueblos mediterráneos que llegaron a la Meseta Norte en la Edad del Bronce pero que asimilaron población y costumbres de las oleadas celtas (indoeuropeas). Los arévacos, bien pudieran ser celtas que se situaron como vecinos de los vacceos o también un pueblo preindoeuropeo de raigambre ibérica. Los vacceos fundaron una ciudad importante llamada Rauda (Roa) y los arévacos fundaron la ciudad de Clunia (Coruña del Conde) que como veremos tuvo gran importancia en tiempos de la Hispania romana.

Y en la sierra de La Demanda y Urbión, pertenecientes junto a los Arévacos y Vacceos,  estaba la nación de Pelendonia. Los pelendones, pueblo indoeuropeo, llegaron a la Península en el s. VII a.C. Estos celtas tenían sus propios dioses, conocían sobradamente la metalurgia y eran eminentemente ganaderos.

El legado de nuestros antepasados......

El tiempo que duró el asentamiento romano y de su influencia en estas tierras, hizo que se transformara de manera irreversible la vida de los pueblos indígenas. Transformaciones económicas, sustitución de la vida tribal por la urbana, arte, urbanismo... Pero aun así, las gentes preindoeuropeas y celtas de la meseta, siguieron manteniendo ciertos rasgos culturales; estructura familiar, vinculaciones de sangre, costumbres legislativas, religión, habla...

La ocupación romana fue meramente administrativa (salvo Clunia), apenas hubo emigración de gentes itálicas, la pobreza minera de estas tierras y la falta de comunicaciones en ciertos territorios, hicieron que la romanización en estas tierras fuera menor que en otras partes peninsulares.

Estos son algunos de los rasgos indígenas que se mantuvieron:

- Pervivencia de la onomástica personal y sistema gentilicio.

- Normas prerromanas indígenas en el ámbito judírico. Así, esta influencia se puede constatar en el carácter consuetudinario de las leyes de los primeros castellanos los cuales tenían sus propios jueces en contraposición al Fuero Judgo seguido en el reino de León.

- Nuevas tesis apuntan a la formación de los estados feudales, como una especie de renacimiento celta.

- Decoraciones de estelas funerarias, relieves y sarcófagos, muestran una pervivencia cultural material típicamente prerromanas.

- Como último rasgo, podemos destacar, la pervivencia de la cultura indígena en la creación de la lengua castellana. Debido a la tardía penetración del latín en tierras burgalesas, palentinas y cántabras, se produjeron unos rasgos diferenciados de léxico y fonética.

Remotas raíces son, las que estos pueblos dejaron, alejadas en el tiempo y casi en el olvido... Muchos otros vinieron más tarde, y con ellos nuevos aires, nuevas culturas, sangre diferente que forjó su impronta en la Historia y que también lucharía por su supervivencia personal, y lo más importante, que lucharía por sus costumbres, su forma de vida y su pensamiento. Estas tribus, autrigones, turmogos, cántabros, vacceos. arévacos... son nuestros antepasados más lejanos y por tanto, los primeros que lucharon por ésta, nuestra tierra: amaron su libertad...


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